La primera temporada tampoco me emociono en demasía, por lo que esta segunda temporada tampoco me ha parecido que bajase el listón. Tiene un argumento más sostenible, aunque bien es cierto que el drama en ocasiones se hace demasiado forzado y exagerado y que sobra, a parte de la típica moralina que desprende la serie.
A pesar d algunos episodios que parecen de relleno ya que cuentan poco, me hizo entretenida y con ganas de saber lo que pasará en la tercera temporada.